lunes, 20 de enero de 2014

Las tres patas de la estrategia de Estados Unidos sobre la región


Estados Unidos retomo la iniciativa sobre América Latina. Objetivos económicos, políticos y militares formar las tres patas de la estrategia del imperio. Trataremos de analizar esa estrategia  de la manera que podamos entender cuáles son los proyectos que se disputan en la región

Desde lo económico, la “Alianza del Pacífico” pretende ser la puerta de entrada del libre mercado en la región. Los países nucleados en esta alianza son aquellos que cuentan con Tratados de Libre Comercio (TLC) y se presentan como un espacio moderno libre de toda “cuestión ideológica”. El retorno delos TLC a los países de nuestro continente significa la destrucción de la industria nacional, desempleo, ajuste y la entrega de los territorios a trasnacionales. Esto genera situaciones de conflictividad social como las que actualmente suceden en Perú con los trabajadores mineros, con los estudiantes universitarios  en Chile y  con los campesinos en Colombia.

Pero para poder ejecutar la política económica se necesita una estrategia política que le permita a la Casa Blanca incidir en las decisiones de los gobiernos que pretende condicionar. Para tal fin, tiene dos objetivos: Por un lado, la construcción de una nueva derecha con características muy particulares, y por el otro, los denominados “golpes blandos”. Este último ya fue puesto en funcionamiento en el 2009 contra el gobierno de Manuel Zelaya en Honduras, y en Paraguay, el año pasado, destituyendo a Fernando Lugo. Los golpes blandos o institucionales son golpes que no se caracterizan solo por la presencia militar sino que confluyen una serie de actores que van desde el parlamento, los grupos económicos y las fuerzas de seguridad en coordinación. Por ejemplo, en Paraguay, la Masacre de Curuguaty, donde las fuerzas de seguridad mataron y desplazaron a campesinos (para liberarle la zona a la Multinacional Sojera Cargil), dio lugar  una comisión investigadora que culmino con un juicio político promovido por los medios de comunicación y ejecutado por el parlamento. También, hubo casos que no prosperaron. En Bolivia, en 2008, la medialuna boliviana compuesta por las provincias más ricas, quisieron lograr una autonomía del Estado Plurinacional Boliviano que dejaba al mismo sin los recursos de su propio suelo, y por ende, desfinanciado. La conocida Masacre de Pando formo parte de esa intención destituyente que termino con campesinos emboscados, torturados y salvajemente ametrallados por opositores. Otro caso tuvo como protagonista Ecuador, que bajo la cortina de un conflicto gremial, la policía conspiro contra el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.  Todas estas intentonas golpistas fueron impulsadas por la Embajada norteamericana y sus aliados locales y evitados por el rol estratégico de la UNASUR.

Justamente, en los países que no responden a sus intereses, se comenzó a construir a una nueva derecha. Lo que podríamos denominar el fenómeno “Capriles” intenta ser una tendencia de las derechas locales en los países liderados por gobiernos populares. Capriles, un reconocido amigo de la Embajada yanqui y un golpista por naturaleza (fue protagonista de  en el intento de golpe contra el comandante Chávez en el 2002). Éste, configuró su candidatura prometiendo que los principales logros sociales del chavismo no serían tocados. Incluso, le puso “Simón Bolívar” a su comando de campaña en la elección a presidente que dio como ganador a Nicolás Maduro. Capriles, toma los símbolos del Chavismo y promete mantener los derechos alcanzados,  sin mencionar el verdadero programa político y económico destinado a representar a  los intereses concentrados. Argentina, también atraviesa un proceso similar. Sergio Massa, propone mirar al futuro, mantener las conquistas pero sin confrontar con los poderes económicos que concentran la riqueza que supuestamente pretende distribuir. Hacer una tortilla sin romper los huevos.

La tercera pata de la estrategia estadounidense, es la militar, a través instalación de base militares como ariete fundamental para lograr un mayor control sobre territorio sudamericano. Las bases militares fueron la base de la expansión del imperio yanqui durante el siglo pasado. América Latina es fundamental para que Estados Unidos se re-posicione en la disputa de hegemonía que rige en el mundo. La instalación de 7 bases militares en Colombia fue uno de los hechos más conflictivos de la región. Esta decisión derivó en una Cumbre de urgencia de la UNASUR en Bariloche en repudio a la presencia militar en el continente. En esa reunión, Hugo Chávez tuvo una intervención memorable donde reveló documento que llevaba el nombre,  "Estrategia global en ruta" elaborada por el Comando de Movilidad Aérea del Pentágono a cargo del general Arthur Lichte, donde se esbozaba los planes de la Casa Blanca para el 2025.

Palanquero, una de las principales bases a instalarse según el documento, cumpliría un rol extra continental alcanzando lo que ellos consideran "área critica para la defensa global estratégica", en alusión a las costas de áfrica que cuenta con el mineral Coltan que permite fabricar los GPS, MP3, Plasmas, laptops, etc. Estados Unidos necesita controlar América Latina para recuperar su posicionamiento en el tablero mundial, ya que, nuestra región es la principal fuente de recursos: Agua, minerales, hidrocarburos y alimentos hacen necesario que para los yanquis volvamos a la idea de ser el patio trasero. EEUU ya venía realizando intervención militar directa e indirecta, explicita o camuflada, pero desde 2008  hubo escalada de hechos graves en la que el factor militar tuvo un papel protagónico: el bombardeo colombiano en territorio ecuatoriano con la ayuda del pentágono (el 1 de marzo de 2008), la reactivación de la cuarta flota del comando sur para patrullar los océanos suramericanos (1 de julio de 2008) y el atentado antidemocrático contra Manuel Zelaya en Honduras (28 de junio de 2009).

La red de bases militares yanquis continúan con la Iniciativa Zona Norte (IZN) en Paraguay, la cual fue desestimada por Lugo, pero retomada  reciente  gobierno del empresario Horacio Cartes.  Paraguay es un punto perfecto para acceder a cualquier país de América del Sur, y al mismo tiempo, el broche que cierra un collar de bases militares desplegadas alrededor de Brasil. Si uno observa el mapa de bases militares, puede verse con claridad tres cercos: Uno que rodea a Cuba, otro a Venezuela por el norte, y el tercero a Brasil. El caso de Brasil respecto al Amazonas puede ser complejo a futuro, ya que tiene 7 millones de KM de la Amazonia, que corresponden al 60 por ciento del territorio brasilero con 8,5 millones de KM 2. Amazonas tiene  el 95 por ciento de reservas de Nobio, fundamental para el acero de las naves espaciales y de los misiles intercontinentales, y el 96 por ciento de las reservas de titanio y tungesto, utilizados para la industria aeronáutica espacial y militar. Además es rica en petróleo, gas, uranio, oro y diamantes. Por eso Brasil considero la base de Palanquero como una amenaza para su soberanía.

Sin bases no hay imperio, y sin gobiernos populares y bloque sudamericano no hay defensa de nuestra soberanía. Por eso es importante defender los logros alcanzados por los procesos populares de la región para no correr el riesgo de retroceder 30 años. No solo está en juego la continuidad de los proyectos nacionales y populares de cada país, estamos jugando la continuidad de la construcción de la Patria Grande Sudamericana. Lo que está enfrente es el pasado que se vende como futuro. Es el FMI y el ALCA, disfrazado de “Alianza del Pacífico”, son nuevos personajes representando a los viejos intereses de siempre, es el imperio y la “Doctrina Obama” que pretende mantener la presencia militar con formas innovadoras (Misiones humanitarias, ejercicios militares conjuntos) para volver a someternos.

Cada proyecto de nuestra Patria Grande deberá pensar como satisfacer las nuevas demandas de nuestros pueblos para construir los nuevos sueños que permitan que el viento siga siendo de cambio, y no traiga una tormenta que nos haga empezar de cero.

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