sábado, 1 de febrero de 2014

Conclusiones y análisis de la II Cumbre de la CELAC



La II Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños en Cuba termino con una contundente declaración de los 33 estados miembros; “Latinoamérica y el Caribe como zona de paz”. Esta manifestación pública que parece lógica, carga un conjunto de definiciones y consensos ligados a la lucha contra la pobreza y la defensa frente a toda injerencia externa en los asuntos internos de nuestros países. En la lista aparecen desde el cierre de la base militar de Guantánamo hasta el compromiso de parte de todos los países a difundir acuerdos que pueden ser peligrosos para nuestra región, por ejemplo: la instalación de bases militares.

Otra de las conclusiones importantes fueron, el rechazo al bloque económico a Cuba y el apoyo de todos los países a la soberanía Argentina sobre las Islas Malvinas, ocupada desde 1833 por Gran Bretaña, quien, actualmente se niega a sentarse a dialogar y opta por la militarización de la zona y el usufructo de la riqueza del petróleo.

Sin embargo, al margen de las declaraciones existentes en el documento final que promueven el compromiso por terminar con la pobreza, la exclusión y bregan por la unidad y la paz, esta cumbre debe ser analizada desde la perspectiva de lo que viene en términos políticos en nuestro continente.

La Presidente Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, tuvo una brillante intervención que vale la pena ponerla en discusión. Cristina dijo que “hay que pensar la integración como política de Estado, por sobre toda cuestión  burocrática o protocolar”. Es decir, que de una vez por todas podamos alcanzar como región un nivel de integración que sea capaz de consolidar a la región como bloque de poder, independiente de las potencias centrales. En términos políticos, institucionalizando la integración como política de Estado en cada gobierno que quiera seguir consolidando la unidad continental. En términos económicos, dando valor agregado a los productos que salen de nuestra tierra para expórtarlos en beneficio del avance de nuestros Pueblos. También, hubo discursos que distaron de la voluntad de integración expresada por nuestra presidente. Por ejemplo, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hizo mención a la región como suelo “atractivo” para inversiones extranjeras, concretamente, parafraseando a Barack Obama en uno de sus últimos discursos. ¿Qué esperar del vértice de la Alianza del Pacífico?, estrategia estadounidense para volver a penetrar política y económicamente en nuestro continente luego del fracaso del ALCA.

Diferencias existen, claro, y todas estuvieron representadas en la horizontal discusión de la CELAC. No obstante, debemos mencionar que América Latina tendrá en los próximos dos años, los años más definitorios desde que comenzó este cambio de época luego de la noche neoliberal. Entre 2014 y 2015 habrá elecciones en Uruguay, Brasil, Bolivia, Colombia y Argentina en donde se pone en juego la  consolidación o retroceso de los procesos políticos vigentes. Pero como no todo es lo mismo, dividiremos el continente entre los países que quieren una alianza que solo atraiga inversiones extranjeras y los que buscan la consolidación de un bloque contra hegemónico. 

Los países del primer grupo no tendrán demasiados cambios, lo más probable es que Juan Manuel Santos sea re-electo en su país y con él, la misma política exterior que lo llevo a concretar la Alianza del Pacífico y recibir a Capriles en plena denuncia por fraude. La única cara nueva de ese grupo, es la de Michel Bachellet en Chile (Enrique Peña Nieto y Ollanta Humala en México y Perú respectivamente están comenzando o a la mitad de sus mandatos) que, si  bien es más integracionista que su antecesor, estará más abocada al cumplimiento de sus promesas electorales que a cambiar rotundamente de timón en su política de Alianza. En cuanto al segundo grupo, los dos países que más se juegan son Brasil y Argentina. El primero, tendrá elecciones este año luego de masivas manifestaciones pidiendo un mejor funcionamiento de lo público. Dilma, con el Mundial de fútbol a cuestas, irá por la re-elección frente a una derecha que no logra cohesionarse. Por su parte, Argentina deberá presentarse a elecciones sin un Kirchner como candidato, por primera vez en lo que va el proceso político argentino. La posibilidad de avance de la derecha, ya sea por dentro del gobierno como por fuera, está latente y amenaza con el inicio de una restauración conservadora luego de años de ofensiva popular. Uruguay también irá a elecciones, y si bien, el Frente Amplio es el favorito, al casi seguro candidato Tabaré Vázquez, siempre a coqueteado con acuerdos con los Estados Unidos para negociar mejores condiciones de acuerdos en el MERCOSUR. De todas formas, es mejor la continuidad del Frente Amplio que la vuelta del Partido Nacional con el conocido “Cuqui” Lacalle o el hijo del represor Bordaberry, del Partido Colorado. Mejor posicionado esta Bolivia, donde Evo Morales tiene todas las chances de volver a ganar contundentemente las elecciones en su país. Cerrando el bloque de países de Sudamérica, Venezuela esta en un proceso de fortalecimiento del liderazgo de Nicolás Maduro, luego de la muerte de Chávez. A su vez, el apoyo popular al proceso bolivariano no ha menguado, las últimas elecciones municipales son una muestra de que el chavismo, más allá del fortalecimiento lógico de un proceso que lleva casi 15 años, mantiene altos niveles de apoyo en los sectores populares. El otro caso es Paraguay, donde el gobierno del empresario Horacio Cartés ha demostrado que las privatizaciones y las concesiones a los grupos económicos serán parte de su mandato aunque parece no querer sacar los platos del MERCOSUR.

Por el lado del Caribe, la cosa se pone más difícil. Venezuela intentará traccionar a la mayor cantidad de países al ALBA, como el reciente ingreso de San Vicente y las Granadinas. Nicaragua ratificará mediante voto popular el liderazgo de Ortega y Costa Rica será siendo un país sin Fuerzas Armadas pero con gran cantidad de bases militares estadounidenses, a no ser que la Coalición de izquierda se imponga en las elecciones de mañana y saque al gobierno de Laura Chinchilla. En El Salvador, el Frente Farabundo Martí intentará fortalecer sus lazos con el ALBA mientras que, Guatemala, con Otto Pérez Molina, fortalece sus lazos con el Comando Sur al igual que la Panamá del empresario Ricardo Martinelli. Por otro lado, Honduras atraviesa la ofensiva de la derecha que, luego de las elecciones de noviembre, está implementando políticas de ajuste y privatizaciones. Interesante lo de Puerto Rico que, si bien sigue siendo colonia, la presencia de Movimientos Independentistas en la Cumbre de Cuba significa un paso adelante en la idea libertaria.

Las nuevas estructuras regionales como UNASUR, ALBA, CELAC y el Banco del Sur son los hechos más importantes de esta nueva etapa de la región. Por eso es tan importante la integración como “política de estado”, para materializar la construcción de la Patria Grande en los años de mayor integración regional de los últimos 200 años.

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