La República Bolivariana de Venezuela está en boca de todos.
Las cadenas internacionales multiplican el discurso demonizador contra la
revolución democrática que lidera el gobierno de Nicolás Maduro, con el claro
objetivo de hacer explícita la intención de Estados Unidos y sus aliados
regionales de terminar definitivamente con un proceso que lleva 16 años
transformando la vida del Pueblo venezolano. Intentaremos analizar los puntos claves
de la situación que vive Venezuela, entendiendo las metas y objetivos de la
derecha desde el fallecimiento mismo del Comandante Hugo Chávez.
La muerte de Hugo Chávez, aceleró los tiempos. La derecha pensó que la desaparición física de Chávez le iba abrir una posibilidad de victoria electoral frente a un oficialismo supuestamente consumido por las internas y la falta de liderazgo. Por esto, la Mesa de Unidad Democrática liderada entonces por Henrique Capriles, comenzó un proceso de “nacionalismo forzado” para interpelar el voto chavista a través de la utilización de algunos símbolos como el de ponerle “Simón Bolívar” al comando de campaña, entre otras gestualidades. Esta estrategia no duro demasiado y, si bien Nicolás Maduro perdió algunos votos en relación a la victoria de Chávez en Octubre de 2012, al MUD no le alcanzó para la victoria electoral. Por eso, al finalizar los comicios, Capriles denunció fraude y alentó a sus seguidores a cometer hechos de violencia contra los chavistas “en defensa de la democracia”.
La muerte de Hugo Chávez, aceleró los tiempos. La derecha pensó que la desaparición física de Chávez le iba abrir una posibilidad de victoria electoral frente a un oficialismo supuestamente consumido por las internas y la falta de liderazgo. Por esto, la Mesa de Unidad Democrática liderada entonces por Henrique Capriles, comenzó un proceso de “nacionalismo forzado” para interpelar el voto chavista a través de la utilización de algunos símbolos como el de ponerle “Simón Bolívar” al comando de campaña, entre otras gestualidades. Esta estrategia no duro demasiado y, si bien Nicolás Maduro perdió algunos votos en relación a la victoria de Chávez en Octubre de 2012, al MUD no le alcanzó para la victoria electoral. Por eso, al finalizar los comicios, Capriles denunció fraude y alentó a sus seguidores a cometer hechos de violencia contra los chavistas “en defensa de la democracia”.
Acumuladas cuatro victorias electorales (Presidencial de
Chávez, Gobernaciones y elección presidencias de Maduro, y elecciones municipales
de diciembre de 2013), la derecha entendió que no era posible la vía electoral para
arrebatarle el poder al chavismo, dado que la revolución bolivariana cuenta con
una base de apoyo fuerte.
Por esto, comenzó a trazar su estrategia destituyente. ¿De
qué manera? En primer lugar a través de un golpe económico focalizado en la
remarcación de precios, el boicot energético y el desabastecimiento de
alimentos en los comercios. El objetivo de esta maniobra es la generación de un
clima social adverso que erosione le imagen del Presidente para forzar una
salida tempranera. Por su parte, el gobierno reaccionó rápidamente con la Ley
de Precios Justos y otras políticas destinadas al control del abastecimiento y
cumplimiento de los precios acordados por dicha ley. En ese sentido, los hechos de violencia no son
situaciones aisladas, más bien, forma parte de una estrategia que viene
cumpliendo algunos pasos lógicos en el manual de desestabilización de los
procesos populares, ya utilizada en el golpe de abril de 2002.
En otro orden de cosas, la derecha atraviesa un proceso de
reconfiguración interna que nos permite entender sus últimos movimientos. Las
derrotas electorales del MUD obligaron a cambiar el vértice desde donde
articularse. En este marco, surge la figura de Leopoldo López, del Partido
Voluntad Popular.
¿Quién es Leopoldo López?
Leopoldo López estudió economía en el Kenyon College de Ohio
e hizo un master en Políticas Públicas en Harvard. Pasaron varios años desde su
graduación pero el buen vínculo que sigue manteniendo con Estados Unidos es
innegable.
Fue analista en Petróleos de Venezuela entre 1996 y 1999 y
su carrera política se inició en el partido Primero Justicia, con el que ganó
las elecciones a la alcaldía de Chacao, el municipio más rico del país, en el
2000 y en 2008. Durante el último año de gestión, el gobierno de Hugo Chávez lo
inhabilitó para ejercer cargos públicos, acusándolo de haber recibido recursos
de la gerencia de PDVSA, cargo que ocupaba su madre, para fundar el partido
Primero Justicia.
En 2007 abandonó el actual partido de Capriles y se sumó a “Un
Nuevo Tiempo” pero en 2009 volvió a separarse para fundar su propio espacio:
Voluntad Popular. Por ese partido compitió en las primarias de la Mesa de
Unidad Democrática que dio como ganador a Henrique Capriles. Cabe recordar que
durante el golpe de Estado contra Chávez, el 11 de abril de 2002, López fue uno
de los 400 firmantes del llamado “Decreto Carmona”, el acta de constitución del
gobierno de facto, que disolvía el gobierno de Chávez y lo entregaba al
empresario Pedro Carmona Estanga.
¿Por qué la derecha
se reconfigura en Leopoldo López?
En una primera etapa, la derecha veía posible una disputa
democrática que incluía la junta de adhesiones para un referéndum revocatorio.
Para tal fin, se necesitan 4 millones de firmas y el acto eleccionario se
realizaría entre 2015 y 2016. El cambio de planes, posiciona a López como el
principal articulador de los nuevos objetivos de la derecha venezolana. ¿Cuáles
son? Condicionar al gobierno en la calle y generar niveles de violencia que lo muestre
como “incapaz” de resolver la “crisis interna”. Las muertes, endilgadas al
gobierno, funcionan como masa disponible para denunciar institucionalmente las
“violaciones” de “régimen chavista”.
¿Cuál es el rol de
Estados Unidos?
Estados Unidos juega de lleno en este partido. Por un lado,
desde la OEA, organismo que le permite, por la vía institucional, genera una
sensación de gravedad en el conflicto interno. Por el otro, financiando a las
ONG que apoyan a los estudiantes de la Universidad del Centro de Caracas. Las
expresiones del Senador Jhon Mc Cain y el Secretario de Estado, Jhon Kerry,
demuestran lo que muchos ya conocíamos, deben terminar con lo que considera
como “la piedra de su zapato”. Las piedras en su zapato son dos: la de
occidente, Venezuela, y la de oriente, Irán. La obstinación en terminar con
estos dos procesos democráticos explica todos los actos que lo preceden, que
van desde la planificación de golpes blandos en nuestro continente, hasta las
intervenciones militares de la OTAN en Libia y Siria. Como en los casos
anteriores, la preocupación de Estados Unidos es el petróleo, y como ya lo han
demostrado, son capaces de todo con tal de no perder terreno en la disputa por
la hegemonía mundial.
El rol de Colombia
Otro actor es Colombia, que hace 4 años funciona como base
de inteligencia y monitoreo de los Estados Unidos a través de la base militar
de Palanquero. El presidente Juan Manuel Santos es la garantía del retorno de
la Casa Blanca a los asuntos internos de Sudamérica mediante la vertebración de
la Alianza del Pacífico, la nueva versión del ALCA compuesta por Colombia, Chile,
Perú, México y recientemente, Costa Rica. Santos, nunca se ha preocupado por la
integración continental desde la matriz de independencia que nosotros
concebimos, mucho menos por mantener una relación cordial con su vecino.
Colombia, incentivado por Estados Unidos, intentará dividir a los países de
América Latina y el Caribe entre los que apoyen a Maduro y los que lo repudien.
Esto podría generar dos cosas: Por un lado, romper las relaciones diplomáticas
con Venezuela y sus aliados, y por el otro, paralizar la UNASUR. Ambos
escenarios son perjudiciales para la región, pero permite ver con claridad el
posicionamiento de los países de nuestro continente, o se está con la
integración o se está con la vuelta a la dependencia.
No será fácil desarticular todos estos años de construcción
de unidad e inteligencia común entre nuestros pueblos. Es mucho lo que se ha
logrado y nuestros pueblos no están dispuestos a que se lo arrebaten de un día
para el otro.
Por otro lado, no es
posible generar una situación al estilo Siria o Libia con el grado de fortaleza
de las nuevas estructuras regionales. Estados Unidos puede intervenir de dos
formas en Venezuela. La primera es a través de la fuerza militar, la preferida
por los senadores republicanos, el Secretario de Estado, John Kerry y el
Departamento de Estado. La otra, es más institucional, la elegida por Barack
Obama, a través de la OEA. La única forma que tiene la OEA de lograr un
adelantamiento de las elecciones es si los organismos regionales suspenden a
Venezuela por “violaciones a los Derechos Humanos”. Esta estrategia no es
factible en el corto plazo, ya que, tanto el MERCOSUR, como CELAC y UNASUR,
cuenta con países que apoyan y acompañan el proceso de cambio en Venezuela.
Por eso, también,
Estados Unidos tiene como objetivo de los próximos años, terminar con los
procesos populares de la región. El avance de las derechas en Brasil y
Argentina le permitiría aislar al gobierno de Nicolás Maduro para después,
derrocarlo. Por eso es tan importante la integración regional actual y la
continuidad de los procesos populares en nuestros países. No es lo mismo una
Venezuela solitaria que una Venezuela integrada y aliada con Argentina, Brasil
y los países de América Latina y el Caribe. Cuanto más integración y unidad,
menos posibilidad tiene el imperio de hacer de las suyas en nombre de la Paz y
la democracia.
La situación en Venezuela podría darse en nuestro país. Los
grupos económicos no toleran más años de gobiernos populares. No soportan más derechos
para los más humildes ni se bancan una mayor organización popular para defender
las conquistas. Desde que líderes populares como lula, Néstor y Chávez
irrumpieron para darle fin a la larga noche neoliberal, las causas populares
dejaron de ser individuales para ser regionales. La certeza de saber que el
imperio y los grupos de poder que lo representan en los diferentes países,
quieren terminar con años de avance popular, nos obliga a fortalecernos como
región para consolidar aún más la organización de nuestros Pueblos. Se trata de
ser libres, de integrarse o volver a la oscuridad del pasado. El golpe está en
marcha, y estos años serán definitorios para el futuro de la región.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario