Las Malvinas son una causa
nacional y regional desde que Néstor y Cristina Kirchner lo volvieron a poner
en la agenda de las prioridades luego del proceso de desmalivinización de la
década menemista y el período del radical Fernando De la Rúa. El proceso de integración regional a partir
de la aparición de gobiernos progresistas en la región ayudó a que el reclamo
argentino sobre las islas cuente con una espalda más grande en los organismos
regionales e internacionales desde donde se le pide a Gran Bretaña
sencillamente que se siente a discutir.
Cristina Fernández de Kirchner
abrió una discusión importante en el último acto oficial por el aniversario
número 32 del inicio de la guerra de Malvinas. El debate es ¿Cuáles son los
intereses que están detrás de las Islas Malvinas?
Uno son los recursos,
especialmente el del petróleo que las potencias centrales necesitan apropiarse
para tener un colchón desde donde gestionar la crisis financiera internacional.
¿Cómo resuelven las crisis las potencias de occidente? Sencillo. Usufructuando
los recursos naturales de otros y aprovechando a las empresas trasnacionales
con sede en países de América del Sur y África, girando dividendos a sus casas
matrices.
Por su parte, la pesca y los
alimentos propios de la fauna del archipiélago apenas alcanza para el consumo
interno de los isleños, con lo cual, desde la lógica del imperio no se hace una
gran diferencia.
Por esto, toma más fuerza la
denuncia realizada por la presidente ligada a la utilización de las Islas
Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur, como bases militares de la OTAN. ¿Qué es
la OTAN y que rol juega en el contexto internacional actual? En los papeles es
una alianza militar intergubernamental basada en el Tratado del Atlántico Norte
firmado el 4 de abril de 1949. La organización constituye un sistema de defensa
colectiva en la cual los estados miembros acuerdan defender a cualquiera de sus
miembros si son atacados por una facción externa. Profundicemos un poco más el
análisis. Esta alianza de los países de Europa Occidental y Estados Unidos, con
sede en Bruselas, Bélgica, era la red militar que le permitía a Estados Unidos
arrebatarles estados en plena guerra fría a la URSS. Tuvo protagonismo esencial en la guerra en el
Golfo de principios de la década del 90’ y en la guerra de Yugoslavia en 1999.
Con la caída del muro de Berlín,
la OTAN incorporó a varios países de la Europa del este que antes estaban bajo
la esfera soviética y que eran parte del viejo Pacto de Varsovia de 1955
(Estonia, Eslovquia, Eslovenia, Bulgaria, Hungría, Letonia, República Checa,
Rumania, etc). Muchos de esos países hoy sufren las consecuencias del ajuste
brutal que la Unión Europea está perpetrando sobre los más débiles de Europa.
Con los atentados a las torres
gemelas y la posterior invasión a Irak y Afganistán la OTAN complementó la
presencia militar de las Fuerzas Armadas norteamericanas pero tuvo que esperar
algunos años más para volver a tener el mismo protagonismo que durante la
guerra fría, ya que, con Estados Unidos como líder indiscutido del mundo, no
hacía falta una red militar que controle lo que ya podían controlar desde las
decisiones que tomaban los gobiernos que rendían honor al consenso de
Washington.
¿Por qué la OTAN vuelve a tener
protagonismo? Porque está en riesgo el liderazgo mundial de Estados Unidos y
las potencias de occidente. El mundo multipolar generó nuevos protagonismos que
se expresan en los países del BRICS y en las naciones emergentes que componen
el bloque sudamericano. Este conjunto de
países, ya no se somete a las decisiones del Fondo Monetario Internacional y
por eso, incomoda que Latinoamérica y el caribe concrete acuerdos políticos,
comerciales y militares con Rusia y China, principales adversarios de Estados
Unidos, Alemania, Francia y Gran Bretaña, potencias en crisis por su
insistencia por el capitalismo financiero.
En este contexto, y frente a la
falta de países obedientes a las potencias centrales, es que crece la
importancia de la OTAN. Citemos algunos ejemplos. A mediados del 2011,
movilizaciones populares terminaron con los gobiernos autoritarios de Ben Alí
en Túnez y Mubarak en Egipto, ambos, aliados de la Casa Blanca y del imperio
inglés. Inmediatamente después, la OTAN invade Libia y asesina a Muammar
Kadaffi. Libia, que no tenía los índices de desigualdad de sus vecinos, fue
copado por fuerzas militares que instalaron un “gobierno de transición”, mataron a miles de civiles y destruyeron el
país del norte de África. A diferencia de los amigos de occidente, Kadafi fue
asesinado sin siquiera ser sometido a un juicio y los recursos del petróleo
fueron repartidos entre Estados Unidos, Francia e Inglaterra. Este fue el
regreso con gloria del ejército de la OTAN. Siria, también fue escenario de la
alianza militar europea-norteamericana, aunque sin los resultados de Libia.
Un conflicto reciente es el de
Ucrania. Estados Unidos y Europa tentaron a Ucrania para que forme parte de la
OTAN para poder construir una red militar alrededor de Rusia, principal
adversario mundial de los Estados Unidos. La respuesta de Rusia no se hizo
esperar y efectivizó la separación de Crimea para formar parte de la Federación
Rusa. El número de regiones que sigan el camino de Crimea puede aumentar hasta la
disolución misma de Ucrania.
¿Qué tiene que ver esto con las
Islas Malvinas? Todo tiene que ver con todo. Las potencias centrales están desesperadas
por volver a ubicarse en el centro de la escena. Las Malvinas son una base
militar compartida por Inglaterra y Estados Unidos. Desde allí tienen todo el
acceso al espionaje en América del Sur y África. Es una prueba constante de
misiles de largo alcance, y es parte de una red de bases militares que
comprenden todo el atlántico sur. Los imperios se niegan a caer, y por eso, no
dejarán de hacer ruido antes de que se les acabe el período histórico de
liderazgo. Con esto no decimos que Estados Unidos y Gran Bretaña dejarán de ser
potencia mañana, sino que, están dispuestos a todo para no ser superados por
Rusia y China.
Las potencias gestionan la crisis
en lugar de resolverlas, necesitan los recursos de otros para sostenerse. La
OTAN reaparece con la misión de no ceder ni un centímetro en esta disputa por
la hegemonía mundial, y cuando los gobiernos no obedecen, aparecen los fierros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario